Querido diciembre 2010:
Te escribo para darte las gracias por tus maravillosos regalos. No hablo de los presentes materiales, esos no tienen demasiada importancia. Me refiero a los maravillosos reencuentros que me obsequiaste: Milán, Okinagua, Uruguay, Buenos Aires, Los Ángeles, Mexicali, Morelia, Guadalajara...
El día a día, la rutina, el cansancio, los "más tarde"... que van haciendo que dejemos de lado las conversaciones, las llamadas, las cartas, los te quieros. Aunque el cariño esté presente. Aunque la memoria sea fuerte.
Diciembre 2010, fuiste pródigo conmigo. Me regalaste el abrazo de mis amigos, lágrimas de felicidad, lazos afianzados. Gracias.
Pilar. Especialmente ella. Que vuelve a mi vida después de tiempo de silencio. Que aparece justo en el momento preciso. Pilar que con sus palabras, con su muy particular forma de decirme "mi niña", vuelve a abrigarme el corazón y a envolverme con su abrazo.
Gracias diciembre 2010. Gracias por todo.
Aún me faltan 3 reencuentros más: uno del norte, uno del sur y uno relativamente cercano, ¿será que 2011 pueda traerlos a mí?