Anoche volví a tener una de esas conversaciones telefónicas que hacen la diferencia.
Dos horas parece ser nuestro promedio en ese tipo de conversaciones.
Tiene razón Driana, algunas conversaciones van más allá de compartir información, de abrirse al otro.
Son oportunidad de voltear hacia uno mismo, hacia quienes están cerca, y entonces, re/encontrarnos con quienes realmente somos.
Tocar tierra, volver a centrarnos, recordar qué cosas son las importantes.
En ocasiones, como anoche, los momentos son los propicios para estrechar los lazos con los amigos, con las personas que importan en nuestras vidas, hacerlos partícipes de la propia historia, de los descubrimientos, de los planes...
Las palabras no me ayudan, pero tú y yo ya lo hablamos anoche.
Tú sabes, yo sé.
Eso basta.
Sólo me queda decir nuevamente, gracias.
Gracias Driana, gracias por ser como eres.
Te quiero, recuérdalo.
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