miércoles, diciembre 31, 2008

Adiós 2008

Por fin se acaba 2008.
Ha sido un año muy intenso, quizá demasiado para mí, con cambios en todos los ámbitos.
Cierto, tuvo sus cosas buenas, pero el precio a pagar también ha sido alto.
Ha sido un año difícil, pese a que mucha gente opine lo contrario.
Un año para conocerme a mí misma. Un año para crecer, e indudablemente crecer duele.
Un año con lágrimas, con pérdidas, con aprendizajes, un año lleno de preguntas.
Personas maravillosas llegaron a mi vida, otras se marcharon.
Crecí profesionalmente.
Redescubrí mis límites.
Quizá una nueva yo empezó a emerger.
En fin...
Sólo puedo decir ¡¡¡por fin se acaba 2008!!!
Ahora, sólo espero que 2009 se porte bien, que traiga cosas buenas, que no me haga enloquecer demasiado. Que haya equilibrio, crecimiento, aprendizajes, amor, tolerancia, paz. Y viajes. Ojalá lleguen ciertos momentos... ojalá.

miércoles, diciembre 24, 2008

Navidad

La verdad es que la Navidad no me gusta. Quizá cuando era niña la esperaba con alegría, ahora no, hace años que ya no.
Pero bueno, hoy la Navidad me ha llegado por adelantado. Una visita del norte que espero ver, el cariño de los amigos desde distintos lugares del mundo, un correo desde el Uruguay con buenas noticias, el celular que no ha parado de sonar con felicitaciones, pero sobre todo, mi mejor regalo de Navidad: un inesperado mensaje en el messenger de una de las personas que más quiero.
A veces bastan treinta minutos para que el mundo se acomode y las perspectivas cambien.
Sí, insisto, no me gusta la Navidad, pero hoy la espero con una sonrisa porque me sé querida.

domingo, diciembre 21, 2008

Pistas a través de ti

Creo en las pistas, en las huellas, en aquellos indicios que nos pueden llevar de regreso para comprender porqué estamos donde estamos y qué nos ha llevado ahí.
Anoche volvieron recuerdos de otros tiempos, de otros cariños, de otros ayeres. Volvieron palabras, sensaciones, razones.
Ayer recordé quién soy, qué me ha marcado, qué no ha cambiado a pesar de los años.
A pesar del tiempo, a pesar del silencio, a pesar de la lejanía y la distancia, anoche te recuperé. Anoche, tú, quien me conoció mejor que yo misma, estuviste de nuevo junto a mí. Tus mensajes, tus palabras, el día a día a través de tus correos de años atrás. De antes de las pérdidas, de antes del dolor, antes de nuestra separación.
Y fue a través de ti que pude sentarme frente a mí misma nuevamente, fue así que comprendí que es momento del cambio, que si no es ahora no será nunca, aunque duela, o quizá, precisamente porque duele.
Te escribí pero no te lo conté, en realidad pensé que no me responderías, y hoy tu correo en mi cuenta. Tu llegada el martes. La promesa de que nos veremos, ¿será que ahora sí coincidamos?
No sé, no sé... creo que al tenerte en frente no sabría qué decirte. Pero quiero verte, quiero saberte, quiero darme cuenta si seguimos contando una con la otra o es momento de también a ti decirte adiós.
Ahora que es momento de transición, de cambio, de reflexión... quizá tu visita sea el comienzo del proceso.

lunes, diciembre 15, 2008

Momentos de...

Quisiera escribirme una carta a mí misma diciéndome que todo irá bien, que pronto me sentiré mejor, que las lágrimas se secarán... pero, ¿de qué serviría? No me lo creo, no ahora.
Después de todo, quizá sea aún tiempo de pensar, de ver para atrás, de asumir las ausencias, de aprender a despedirme, de permitirme llorar y con ello ir cerrando círculos que he dejado abiertos a lo largo del tiempo.
Tiempo de descubrirme a mí misma, de aprender a ver qué quiero, qué necesito, de empezar a andar en esa nueva línea.
Momento de abrir viejos recuerdos, de tirar lo que no sirve, de dejar lugar para las nuevas experiencias, para un mejor devenir.
Quizá ahora es tiempo de reconocer que no siempre puedo tener a la gente que quiero cerca, y que tampoco puedo estar siempre cerca de los que quiero. Aunque eso duela algunas veces. La distancia es a veces necesaria, provechosa.
Una oportunida de asumir que no soy omnipotente, que simplemente soy humana, que soy tan vulnerable como cualquiera y que eso me acerca a la gente. Momento de aprender que las lágrimas no me desharán, que esa sal irá cicatrizando mis heridas de una vez por todas.
Tiempo de vivir los duelos, las pequeñas rupturas, los cambios. Tiempo de despedidas. Tiempo de aprender que la historia no tiene que repetirse. Momento de enfrentar a los temores y darle a la gente la oportunidad de ser ella misma, de no meterla en modelos prefabricados que posiblemente sólo estén en mi cabeza.
Momento de asumir que no hay dioses sino humanos. Momento de dar valor a las necesidades y sentimientos de los que quiero.
Tiempo de dejar que las cosas fluyan, que ocurran sin intentar controlarlas. Tiempo de sentir, de ser, de disfrutar de las tristezas, de respetar mis propios procesos.
Tiempo de tantas cosas. Tiempo para mí, para ser yo, para crecer a través de tiempos difíciles.

sábado, diciembre 13, 2008

Hoy en tu cumpleaños

Sé que hoy no tienes motivos para festejar.
Sólo quiero que sepas que agradezco tu vida.
Y que sólo puedo regalarte tres cosas: tiempo, silencio y espacio para ti.
Y por supuesto, todo mi cariño.
Un cariño que no te ata de ninguna manera ni pide retribución.
Que todo empiece a mejorar a partir de hoy.

lunes, diciembre 08, 2008

Pensar vs. Vivir

Me gusta pensar bien las cosas. Suelo dedicar mucho tiempo a este proceso. Quizá demasiado, aunque la palabra demasiado no sea muy de mi agrado.
Pero de repente, las situaciones de la vida me llevan a ver que no es bueno pensar tanto. No hablo de dejar de lado el análisis para siempre. No. Es otra cosa. Algo muy sencillo. Se trata, simplemente de vivir. De dar a cada cosa su justo lugar: a los pensamientos, a los sentimientos, a las experiencias, a las oportunidades, los deseos, los sueños, las posibilidades....
Creo que la cosa se trata de ir viviendo, no sobreviviendo. De aceptar. De reconocer. De asumir. De ser coherente. De abrirse a lo nuevo. De disfrutar. De sonreir. De amar. De ser feliz.
Hay momentos para hacer un alto para pensar. Y hay otros momentos para dejar de pensar y empezar a vivir. Este de es los últimos.