Estoy leyendo una novela bastante interesante. Se llama "La Verdadera Pasión de María Magdalena", de Elizabeth Cunningham. La Magdalena es uno de mis personajes históricos favoritos, y en esas hojas se relata una historia un tanto diferente a otras que conozco.
Me encontré en ese libro una frase que me gustó mucho: "Pero así es la vida; dejamos atrás a las personas, los lugares y las épocas. Encontramos nuevos. A veces no podemos ver las pausas o las conexiones. Pero están ahí entre una respiración y otra, en el flujo de la marea, en el ritmo de la danza". Es una de esas frases que me hubiera gustado escribir yo.
Si releo algunos de los post anteriores, encuentro relación con mis palabras. Con aquello que se va, con lo que decidimos que permanezca. Para mí, una de esas caUSalidades.
Será quizá que últimamente me siento vacía de mí misma. Por momentos (tal vez más de los que estoy dispuesta a aceptar), no sé quién soy. Me parece que aquello que me definía ha perdido su sentido. Solía saber quién era. Ahora no sé quién soy ni quién llegaré a ser. Me siento perdida. Sin embargo, tal vez sea bueno eso, porque cuando uno se pierde puede llegar a encontrarse. Y entonces, vuelve a haber coherencia.
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