Roma es la ciudad que se adueñó de mi corazón. Desde siempre me ha cautivado, cuando en las hojas de los libros me llevaba hasta sus lugares interesantes siendo apenas una niña, y aún más cuando puse el pie sobre sus calles.
Cierto, han estado antes los egipcios, los griegos, los babilonios.... pero para mí Roma es el inicio. La perseverancia cuesta, bien dicen que Roma no se construyó en un día, pero con el tiempo ¡qué imperio llegó a ser! Y Roma siempre será grandiosa. Con sus aciertos y sus errores, su brutalidad, su crecimiento, sus lazos con todos y su propia identidad. Cada cual anda sus caminos, cruza sus puentes. Los romanos, a través de los siglos y las huellas, habitan en mí.
La Roma de ayer y la Roma de hoy en una perfecta amalgama, el reedificamiento sobre sí misma... ¿cómo no amarla siendo tan parecida a mí?
Por eso, Roma es el inicio, siempre.
Cierto, han estado antes los egipcios, los griegos, los babilonios.... pero para mí Roma es el inicio. La perseverancia cuesta, bien dicen que Roma no se construyó en un día, pero con el tiempo ¡qué imperio llegó a ser! Y Roma siempre será grandiosa. Con sus aciertos y sus errores, su brutalidad, su crecimiento, sus lazos con todos y su propia identidad. Cada cual anda sus caminos, cruza sus puentes. Los romanos, a través de los siglos y las huellas, habitan en mí.
La Roma de ayer y la Roma de hoy en una perfecta amalgama, el reedificamiento sobre sí misma... ¿cómo no amarla siendo tan parecida a mí?
Por eso, Roma es el inicio, siempre.
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